Hace ya dos meses que hice estos muffins, pero tenía las fotos olvidadas.
Menos mal que la receta era de un libro. Además no es un libro cualquiera. Es un libro con forma de cupcake (aunque se llama Muffins, podéis ver cómo es aquí), el cual me regaló una amiga de Zaragoza.
El libro está traducido del alemán, y por consiguiente tiene algunos ingredientes raros que no conozco o que son difíciles de encontrar. El natrón me tuvo intrigada muchísimo tiempo, y no hice ninguna receta hasta que no descubrí que no era más que bicarbonato. Lo siguiente fue el suero de leche. No lo encontraba por ninguna parte. Hasta que al final descubrí que era lo mismo que el buttermilk. Todavía tengo pendiente hacer alguna receta de esas. Después hay cosas como salsa de vainilla y menta, nougat, jengibre confitado, entre otros, que no tengo ni idea de donde encontrarlas.
Además el libro tiene distintos apartados: frescos y afrutados, rellenos y borrachos, para invitados y para fiestas y salados y sabrosos. De momento sólo he hecho uno de los salados.
Estos muffins son esponjosos, blanditos y con trocitos de manzana por dentro. Personalmente, no son mis favoritos ni de lejos pero como causaron furor quería compartirlos. Así que allá vamos: